Ellas son las Mujeres Que Crean.
Las manos detrás de Ruah
Cada pieza que ves nace del trabajo, el alma y el oficio de mujeres reales.
Mujeres que creen, que crean, que transforman.
Historias de mujeres que creen en la fuerza del trabajo y son testigos de la belleza que florece con cada puntada.
En Ruah no solo diseñamos productos: tejemos caminos de autonomía, dignidad, encuentro y Comunidad.
Esta es la historia de ellas.
De nosotras.
De quienes hacen que cada cartera, cada prenda, cada detalle, tenga alma propia.
Milagros.
“Al aprender a crear con las manos, adquirí una herramienta que me enriquece.”
“Al aprender a crear con las manos, adquirí una herramienta que me enriquece.” Crear con las manos me dio mucho más que una técnica: me dio un saber que me enriquece. Hoy veo algo y ya puedo imaginar cómo hacerlo. Es una herramienta que uso tanto en el taller como en mi vida cotidiana. Nunca me imaginé haciendo algo manual, pero en este camino se me despertó un sentido del oficio. Me gusta estar rodeada de otras mujeres, sentir empatía, compartir. Somos comunidad, y hay confianza… nos cuidamos entre todas, y eso hace que trabajar se sienta como Lo que más disfruto es ese momento en que lo que estoy haciendo empieza a tomar forma. Ahí siento que algo nuevo está naciendo en mis manos.
Lourdes
“Ruah potenció una versión mía que estaba ahí pero ni yo conocía.”
Desde que empecé a crear acá, entendí que todo tiene su tiempo.
El proceso puede ser largo, pero tiene sentido. Me ayudó a conocerme más, a entender en qué momento estoy en mi vida… y a confiar en que todo pasa por algo.
Siento que Ruah respeta lo que cada una es, y que me dio un lugar donde puedo desarrollar mis habilidades, desafiarme y crecer.
Es una comunidad que invita a estar presente, a estar disponible a los procesos, con paciencia y entrega.
Hoy defino mi trabajo con una palabra: cuidado.
Poner atención en cada detalle, en la calidad, en lo que no se ve a simple vista pero se siente.
Ver Casa Ruah hoy me emociona. Es el reflejo de lo que fuimos construyendo entre todas. Un sueño materializado, que ahora tenemos la tarea de sostener.
SOLE
“Este camino me enseñó a no desesperarme si algo no me sale. Aprendí que sí puedo.”
En Ruah encontré un espacio que me permite salir de lo cotidiano.
Cuando entro al taller, me enfoco, me olvido del afuera.
Me gusta trabajar tomando mate, compartir lo que nos pasa, preguntar, ver otros puntos de vista. Hay algo especial en esas charlas simples que hacen que cada día sea distinto.
En este camino creci en la confianza en mi misma..
Descubrí que puedo, que puedo ser prolija, que puedo ser más ordenada.
Gracias a la ayuda mutua y al trabajo en equipo —y a Pao, que fue clave en mi aprendizaje con el cuero— fui creciendo sin desesperarme cuando algo no salía. Aprendí a tener paciencia, y gané en tolerancia a la frustración.
Me da mucho orgullo ver una cartera terminada y pensar: “lo logré, pude superar eso que me costaba.”
Ver la fuerza de otras mujeres me hace sentir más capaz. Caminar con ellas me da seguridad.
Y ver Casa Ruah hoy… me inspira. Su orden me ayudó a encontrar también un orden en mí.